Conciertos

 

01-02-2022

Nacho Vegas. Musikebarri, Getxo


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La verdad es que acudía con muchas ganas al concierto y con los deberes bien hechos ya que en estos 15 días que lleva en la calle Mundos Inmóviles Derrumbándose (Oso Polita) le he pegado un montón de escuchas. ¡No solo para calentar el esperado concierto, qué también! Es que me parece un trabajo espectacular en todos los sentidos y uno de los mejores discos de su ya extensa trayectoria. Además estoy seguro que será uno de los discos del año a pesar de que no ha hecho más que comenzar. Un disco que trae algunas transformaciones en el sonido de Nacho y también cambios en cuanto a músicos. Era lógico que ese se reflejará también en su actuación y así sucedió. Aunque disco y concierto siguen sonando a Nacho por los cuatro costados.

Estábamos contentos porque entre los cambios no está el de un indispensable Joseba Irazoki que una vez más se convirtió en parte esencial de la banda y se hizo con el protagonismo en muchos momentos de la actuación. Por su calidad, por su intensidad y por su versatilidad a la hora de tocar diferentes instrumentos de cuerdas y hacerlo también de maneras muy distintas con una misma guitarra eléctrica según lo pidan las canciones.

El repertorio, lógicamente, se centró mucho en el nuevo disco del que cayeron hasta 7 de sus 10 temas. De hecho arrancó el mismo con ese enigmático vals siniestro titulado «Belart» con sus preciosos coros y en el que echamos en falta el chelo de nuestra Mursego y siguió con la única versión del nuevo disco. Un «Muerre’l Branu», con el banjo de Joseba y fantástica adaptación del «Summer’s End» de John Prine y Pat McLaughlin. Tras «Detener El Tiempo», con buena guitarra de 12 cuerdas, retomó el nuevo trabajo con ese tierno single titulado «El Don De La Ternura» al que siguió «La Séptima Ola». Más adelante retomó estas nuevas canciones con la emocionante y muy dura «Ramón In», una relajada «El Mundo En Torno A Ti» y un sorprendente «Big Crunch», otro gran y “diferente” single. Uno de los temas más políticos de un disco muy político en general, una vez más. Me encantó escuchar a la gente corear esas extensas y personales letras de las canciones haciéndolas suyas. Se escucharon muchas voces en los clásicos más populares pero también cantó mucha gente muchos de los nuevos temas. Se desataron las guitarras en la irónica y siempre brutal «Ciudad Vampira». Regresó Irazoki al cálido banjo en «Lo que Comen Las Brujas». Tras el citado single «Big Crunch» vino la siempre épica e intensa «La Gran Broma Final». Ya en los bises no faltó el momentazo de «Michi Panero» y su arenga con el megáfono. Al final esos novedosos toques latinos de algunos temas del nuevo disco no se manifestaron tanto en el intenso y rockero directo con muchas guitarras. ¡Se nos hizo realmente corto!

 

Fotografía: Jose Mari Castellanos

Autor: Txema Mañeru

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